Não, hoje não se trata da fábula da cigarra e da formiga, mas bem poderia ser. A temática do empreendedorismo ficará para uma próxima. Hoje, nesta espécie de rúbrica "Conta-me Histórias", a estória é outra: a fábula do gato por lebre. Ou será, antes, da lebre por gato?!...
Reinan el reloj y el
cronómetro sobre todas las cosas, pero existe un lugar en el que no es ya que
reinen, sino que imperan con el sadismo de un Führer.
Ese lugar es el deporte [leia-se “competição”], no por
casualidade nacido en Inglaterra y al mismo tiempo que el capitalismo. Deporte
y capitalismo, capitalismo y deporte, son un matrimonio muy bien avenido. El
filósofo francés Marc Perelman, autor de un ensayo titulado La barbárie
deportiva: crítica de una plaga mundial, lo tiene claro: «La institución
deportiva es una de las instituciones fundamentales del sistema liberal-capitalista».
(…) El deporte también es un pilar ideológico
fundamental del sistema; un opio del Pueblo; el nuevo circo que readapta el panem
et circenses romano en el siglo XXI. Pero también un instrumento educativo;
una correa de transmisión de los valores del capitalismo.
(pp. 103-104)
Luis de la Cruz explica (…) que el deporte fue
en origen un «entrenamiento vital para los tiempos medidos que el capitalismo
hubo de inocular en los nuevos ritmos de trabajo, o para alejar el obrero de la
taberna y otros lugares que resultaban, a ojos de la moral burguesa, nocivos
para los intereses capitalistas». Los sports eran juegos tradicionales
ingleses a los que se dotó de reglamentaciones estrictas como una de las
primeras vías hacia la consolidación de la ética burguesa. Se trataba de
controlar el tiempo libre de los obreros con criterios morales. De la plaza o explanada
que servía para todo (para el mercado, las fiestas populares, los
ajusticiamientos…), el deporte fue trasladándose a nuevos campos de juego con
medidas fijas y una única función, y el modelo que, así implantado, los
británicos difundieron después al mundo entero se basó sobre todo en la idea de
equipos con especialización por tareas que se enfrentan entre sí, con ganadores
y perdedores. (…) Y los anarquistas, opuestos por princípio al deporte
competitivo, buscaron uno que no fuera y fomentaban el excursionismo y la
gimnasia, que no lo son. Pero a la postre, fue el modelo competitivo el que
acabo imponiéndose. [Paradigma vigente na Europa Ocidental, por exemplo em
países como França, Espanha ou Portugal, onde o Pedestrianismo – enquanto
desporto de andar a pé (?) – é assediado recorrentemente pela tutela
desportiva, Estatal, para que a “modalidade” tenha uma componente competitiva. Fenómeno que conduziu a situações caricatas, como a invenção de “competições”
Rando Challenge ou, as mais recentes, Aqua Walking!]
(p. 106)
[Günter] Anders exponía por su parte en su monumental
ensayo La obsolescencia del hombre que en los gritos del deporte ya
reverbera algo asesino [asinino, diríamos nós]; un rudimento de deshumanización del outro
que es la base misma de la guerra. Los rugidos que interrumpían y concluían los
discursos de Goebbels – recuerda – se habían probado antes en los campos de
futebol, y no por casualidade las concentraciones de masas más famosas del
Tercer Reich habían tenido lugar en el Sportpalast berlinés.
(p. 108)
Luis de la Cruz (…) hace en Contra el
running un paseo crítico por la historia del deporte moderno y traza un
vínculo estrecho entre la expansión de este y la del capitalismo
postindustrial, del que implica que ha hecho perder peso a «las organizaciones
obreras y la práctica de los deportes de equipo mientras que los deportes
individuales han ido ganando adeptos» (…). Analiza además el discurso de
quienes monopolizan la narrativa del running desde posiciones de poder y
muestra cómo el running («individualista, adicto al movimiento continuo,
rápido e inestable como la gramática de los bits»; «metáfora que expressa la
constancia, la progresividad, la ambición o la necesidad constante de
motivación») y el deporte de aventura («una ficción de descontrol
controlado») han ido colonizando las diapositivas de PowerPoint en los
centros de negocio y la filosofia barata de los libros de emprendimiento.
(p. 117)
(…) «los clubes están actualmente en
decadencia» debido a que «ahora las personas tienen un interés individualista
por participar y prefieren no hacerlo a través de alguna organización». [Agora preferem pagar a empresas e serem
levados, sem responsabilidade pessoal, nem “chatices”, com desejadas mordomias
e, frequentemente, facilitismos temperados com ilusões de aventura.] Periodistas de todo el mundo constatan la
pertinência del lamento y aportan de paso algún principio de explicación de
esta crisis. Lo hace, por ejemplo, Stéphane Herzog, que en 2015 publicaba en el
diario suizo Les Temps un largo reportaje sobre la «grande mutation»
que su investigación concluía que viene sufriendo el alpinismo. Gran transformación:
¿hacia qué? Hacia esto: «Siguiendo la estela de las estrelas del speed
climbing, los nuevos adeptos quieren una montana balizada, accesible,
lúdica e inmediatamente consumible». En efecto, es el caso – y la
coincidencia no puede ser casual – que, al mismo tiempo que los clubes
tradicionales decaen, insurge por todas partes todo un universo nuevo (…)
(p. 25)
CUETO, Pablo Batalla. 2019. La virtude en la montaña – Vindicación de un alpinismo lento, ilustrado y anticapitalista.
Gijón: Ediciones Trea.
Sem comentários:
Enviar um comentário